Bharatanatyam, más que una simple danza – Una entrevista con Varna Paniyath

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Autora: Ambikā Kalna (Lina Di Maria)

Bhāratanāṭyam, una de las principales joyas culturales de la India cuando se trata de arte y expresión, es un tipo de danza que tiene más de tres mil años de historia. A pesar de su antigüedad, el bhāratanāṭyam continúa capturando la atención y los corazones de los amantes del arte a través de sus vestuarios coloridos y su complejo manejo de los pies. No obstante, según la bailarina, coreógrafa y maestra Varna Paniyath, bhāratanāṭyam es mucho más que una simple danza.


¿Cuándo comenzaste a practicar bhāratanāṭyam?
Mis padres me pusieron en una escuela de danza cuando tenía entre cuatro y cinco años, pues ellos se dieron cuenta que me gustaba bailar al ritmo de la música en general.  El primer día de clases mi guru hizo algunas preguntas para asegurar que los niños no asistían simplemente por presión de sus padres. Entonces fui examinada en algunos pasos básicos de danza y una vez que eso estuvo terminado me invitaron a atender las clases. Desde ese entonces no hubo vuelta atrás.

Imagino que eso significó bastante disciplina.
Si, a fin de aprender los próximos pasos tú debes asimilar los pasos previos realmente bien. Todos los días debes retroceder y estar mínimo diez o quince minutos repasando lo aprendido para así poder seguir avanzando. Entonces mis padres se aseguraban y se sentaban conmigo y me preguntaban “¿Qué aprendiste la clase pasada?” “¿Puedes mostrarnos?” Eso me motivó mucho.

¿Puedes hablarnos un poco acerca de la relación entre el estudiante y el maestro en bhāratanāṭyam?
En la escuela donde estudié, Rajeshwari Natyalaya, mis gurus (la difunta Srimati Subha Vaidyanathan y luego Srimati Vidya Venkatesh) pertenecieron a familias de bailarinas, por lo que ellas provienen de un parampara (línea de sucesión discipular) donde la danza era una de las cosas más importantes. Ahora, en mi posición de maestra puedo darle más valor al afecto y respeto entre el estudiante y el guru. En aquellos días era mucho más estricto; siempre había una línea que marcaba el límite entre el bailarín y el maestro y no era permitido que la cruzáramos. Siempre había respeto, podría llamarlo un tipo de disciplina militar. No obstante, junto con ese respeto, cuando realmente amas lo que haces y sabes que estás siendo entrenada por un guru muy experto, el amor surge por sí mismo.

¿Comenzaste a danzar en Canadá?
No, viví la mayor parte de mi vida en el sur de India, en una ciudad llamada Chennai. Tan pronto me casé me mudé a Toronto en 2011; sin embargo todo mi entrenamiento en danza y cualquier tipo de implicancia relacionada con arte la tuve en Chennai. Fui muy afortunada de haber crecido en una comunidad que apoyaba el arte. Mi maestra de música por ejemplo, quién vivía en él mismo edificio que mi familia, solía ir a visitarnos para oír música juntas. Ella también acostumbraba a invitarme a acompañarla a conciertos.

Yo diría que muchas personas en Chennai están relacionadas directamente con el arte de una manera u otra. En Chennai la gente comienza el día escuchando oraciones. Si te levantas temprano en la mañana (entre las 4:00 y 5:00 a.m.) y te encuentras en alguna de las típicas calles de la ciudad, vas a comenzar tu rutina con el sonido de la música matutina. Así el día comienza con algo que está relacionado al arte y debido a que muchos de los artistas de bhāratanāṭyam nacieron y crecieron en Chennai, ellos tienen la habilidad natural de compartir y apreciar el arte.

¿Cómo ha sido tu experiencia con bhāratanāṭyam en Occidente?
Cuando llegué a Occidente tenía un montón de ideas preconcebidas, sin embargo me he visto sorprendida por el tipo de aceptación que la gente de acá tiene hacia este tipo de arte. Incluso en mi propia escuela tengo estudiantes cuyos padres nacieron en Canadá o que crecieron aquí y aún así muestran mucho interés por la danza clásica.

¿Puedes compartirnos un poco de la historia del bhāratanāṭyam?
La danza clásica de India como tal se remonta a más de tres mil años atrás, siendo incluso más antigua que el ballet. El Nāṭya Śāstra (un texto milenario compilado por el famoso sabio Bhārat Muni) entrega un amplio rango de información acerca del bhāratanāṭyam incluyendo su relación con el yoga, cómo es una forma de oración, cómo es una herramienta para que la gente exprese sus emociones y también cómo posee el potencial para reformar a los individuos y elevar a los oprimidos. El Nāṭya Śāstra engloba todos esos aspectos; de esta manera puedo decir que el bhāratanāṭyam no es tan sólo una forma de arte, es un estilo de vida.

¿Cuáles son los diferentes componentes que conforman una interpretación  de bhāratanāṭyam?
En lo que respecta a los diferentes componentes, estos varían en los diversos estilos. Los estilos de bhāratanāṭyam son muy similares entre sí, sin embargo poseen pequeñas modificaciones en unos y otros. El Kalakshetra por ejemplo, es el estilo más moderno que fue llevado a la popularidad por una maestra de nombre Rukmini Devi. Antes de ello el bhāratanāṭyam era presentado en las cortes de la realeza, siendo interpretado por jóvenes bailarinas que eran entrenadas particularmente en este tipo de danza.

Existen diferentes etapas que en el lenguaje del bhāratanāṭyam son conocidas como margam o sendero. Primero la estudiante comienza a aprender adavus, que son los pasos básicos que se necesitan aprender con el fin de desarrollar mayor habilidad con los pies más adelante. Luego uno comienza a aprender alarippu que es una combinación de todo lo que has aprendido en tus adavus. Después viene kauthuvam, jathisvaram, etc. Así es posible darse cuenta que ésta es una forma sistemática y progresiva de aprender una danza. Luego de las etapas mencionadas vienen los elementos llamados nāṭya, nritta y nritya. Nāṭya se refiere a los elementos teatrales que permiten al bailarín incluso mostrar su opinión ante asuntos sociales, mientras que nritta comprende solamente el trabajo de los pies y nritya es la combinación de expresión y habilidad con los pies. De manera que, sólo si eres capaz de dominar los elementos básicos con mucho trabajo duro y disciplina, podrás realmente saborear lo que has aprendido.

En tu experiencia personal, ¿Cuál ha sido el impacto positivo (y quizás inesperado) que el bhāratanāṭyam ha tenido en tu vida?
Cuando comencé a bailar a los seis años de edad, me gustaba ir a la escuela de danza porque tenía amigas allí y podía pasar un rato agradable allí. Aunque, siendo honesta, fue así por varios años. Recuerdo que a los catorce o quince años aún no lograba asimilar lo que esta forma de arte puede  hacer por ti como persona. Fue sólo cuando comencé a participar en diferentes seminarios, donde maestros de distintas partes del mundo venían y compartían sus experiencias, que comencé a comprender que todo aquello que había aprendido durante esos años no era sólo un tipo de danza, también era el sendero que me estaba preparando para la vida cotidiana. Por ejemplo, el mismo hecho de poder conocer a personas de todo el mundo y establecer vínculos que estuviesen libres de inhibiciones es gracias a mi entrenamiento como bailarina.

Ello también me enseñó a dar lo mejor de mí, a enfrentar todo tipo de pruebas cotidianas y a vivir sin miedos e inhibiciones. Además, la danza te ayuda a manejar el estrés pues te enseña a ser paciente. Recuerdo que en los inicios de mi entrenamiento mi maestra no me dejaba avanzar en un movimiento y debía permanecer en él incluso durante tres meses. Yo sólo me preguntaba “¿Por qué me está pasando esto? Todas mis amigas están aprendiendo más y más pero yo sigo atascada aquí”.  Entonces, debido al respeto hacia el guru y el miedo a afectar esa relación no te vas y tampoco haces ninguna pregunta. Pero a través de la experiencia he aprendido que si es preciso esperar por algo, es porque existe una buena razón para ello. Así que debo esperar sin lamentarme.

Adicional a eso, le doy todo el crédito a la danza por manternerme en forma después del nacimiento de mi primer hijo. Sin duda, bhāratanāṭyam te ayuda a permanecer saludable ya que el movimiento reduce el letargo y hace que sea más fácil para ti volver a ser un miembro activo de la sociedad. También pienso que la danza me ha ayudado a ser una persona más humilde. Te ayuda a no estar tan agitado cuando algo realmente bueno está pasando, y a no estar deprimido cuando algo malo pasa. Ello me ayuda a ser una mejor madre, una mejor esposa, me ayuda a entender a mis antepasados y a apreciarlos, en fin, me ayuda en muy diversas formas. La lista es interminable.

¿Cuál piensas que es la importancia de bhāratanāṭyam en la cultura occidental moderna?
Actualmente veo a muchos occidentales viniendo a la India y aprendiendo bajo la guía de sus gurus. Ellos pueden practicar danza, pueden practicar yoga, meditación, etc. Y yo creo que si tú observas cualquier forma de arte, religión, o cultura, y tratas de extraer sus elementos positivos vas a hacer que tu personalidad crezca. Cuando exploras el lado oculto de las cosas ello te ayuda a expandir los límites de tu mente.

¿Qué hace que el bhāratanāṭyam sea único en comparación con otras formas de danza?
Bhāratanāṭyam es distinto a otras formas artísticas en cuanto a los movimientos de las manos, la expresión facial y el movimiento del cuerpo, todo ello es bastante diferente. Sin embargo, pienso que la característica más especial es su capacidad de abarcar diversos aspectos de la vida y la historia. Además, el vestuario en sí mismo es algo que no encuentras en ninguna otra manifestación artística. La forma de representar el sol y la luna en tu cabeza, la pintura roja que cubre tus manos. Pienso que todas esas pequeñas cosas contribuyen a hacer de la danza algo tan único.


¿Podrías contarnos un poco más acerca del significado del vestuario?
En los primeros años los bailarines sólo llevaban el sārī y un gran bindī. No tenían el maquillaje que usamos hoy pero recurrían a otras cosas como la cúrcuma y la pasta de sándalo. Además, masticaban hojas de betel para dar un color rojo a los labios. El significado práctico es lograr que los artistas sean vistos desde cualquier ángulo. Pero más allá de esto, cuando un bailarín está en escena adornado con joyas suele ser comparado con el cielo nocturno adornado por las estrellas y la luna. Es algo muy celestial que en efecto logra cautivar a la audiencia.

¿Podrías explicar esta oración que canta el bailarín de bhāratanāṭyam justo antes de iniciar su presentación?
«Yatho hasta thatho drishti
yYatho drishti thatho manah
yatho manah thatho bhaava
yatho bhaava thatho rasa»

“Donde van las manos va la mirada. Donde va la mirada va el pensamiento. Donde va el pensamiento se expresa un sentimiento. Y donde hay sentimiento, se forma una relación”.

Sí, sólo cuando hay una combinación de todos estos elementos la danza puede ser apreciada. Pienso que es algo que se debe hacer con atención y concentración. Imagina toda la serie de distracciones que hay a tu alrededor, pero cuando eres un bailarín y tu mirada debe seguir tus manos, no puedes ver o pensar en ninguna otra cosa. Tu mente no puede contemplar nada que no sea la danza, lo cual es en sí mismo un elemento desestresante. Olvidas tus preocupaciones, tus tensiones, olvidas la pelea que tuviste la noche anterior y dejas de preocuparte por lo que va a ocurrir mañana. En ese instante, lo único que estás haciendo es bailar y tú eres sólo una parte de ello.

Cuando todo esto pasa es cuando la verdadera danza sucede y las personas son capaces de apreciarla. Es allí cuando se logra una buena experiencia. Pero pienso que esto no debe restringirse a la danza. Si te observas a ti mismo, tu cuerpo, tu mente, y estás realmente enfocado, estoy segura que vas a ser capaz de dar lo mejor de ti y las personas que te están observando van a ser capaces de obtener esa energía positiva también.

¿Puedes hablarnos un poco acerca de la relación entre el bailarín y el público de bhāratanāṭyam?
Uno de los grandes propósitos de un bailarín es entretener y ser una inspiración para las personas que vienen a verle, lo cual explica el porqué un bailarín tiene que llevar determinada forma de vida: alimentarse apropiadamente, mantenerse en forma, ser positivo, y tratar de hacer que sus creaciones -cualesquiera que estas sean-  aporten al beneficio de los otros y de la sociedad; enviando siempre el mensaje correcto. Cuando el bailarín o la bailarina logran ese propósito, reflejan el nivel de compromiso que tienen con la sociedad y con las personas que vienen a ver su presentación. De esa forma, cuando hay una entrega y una ganancia recíprocas entre el artista y la audiencia, se logra el verdadero objetivo del arte.

Por ejemplo, si yo como parte de la audiencia soy capaz de salir y decir “¡wow!”, esa presentación me ayudó a ser una mejor persona, me motivó a hacer esto por mi familia o por la sociedad, entonces has alcanzado el principal propósito de la danza.

¿Cuál ha sido tu experiencia más memorable con bhāratanāṭyam?
Pienso que la experiencia más memorable de la danza me ocurrió como profesora. Había una niña con necesidades especiales viniendo a mi clase. Primero fue un gran reto, pero seguí trabajando con ella porque amo trabajar con los niños y porque también siento que es necesario llevar la danza a cada persona en el mundo.
Con el tiempo tiempo vimos diversos cambios en ella. Ahora es capaz de interactuar con otros bailarines y su mamá puede salir con ella más fácilmente. En contraste con la época en que sólo se sentía cómoda con su familia. Entonces, creo que la danza y la interacción le ha ayudado bastante. Y de nuevo, pienso que si soy capaz de hacer algo como eso a través de las enseñanzas de mi guru, en efecto he logrado el propósito mismo del arte.

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